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La quijada del asno

Samson matando a su hermano

Nos hemos apuntado grandes logros, como abolir la esclavitud, pero….. ¿Realmente fue así? Lo que sé es que los esclavos de color liberados en la guerra de Secesión Americana, pasaron a ser mano de obra miserablemente barata para las fábricas de la América industrial, en esa Revolución industrial las recién llegadas máquinas de vapor, tuvieron una influencia decisiva; máquinas que eran realmente peligrosas para ser trabajadas por “el hombre blanco”. Investigué, y resultó que el gasto, o sea, lo que se invertía en un esclavo sureño pasó a ser de 50 centavos diarios, antes de la guerra, a 5 centavos, una vez liberados,  mientras disfrutaba de su “aparente” libertad. Es entonces cuando empiezan a fundarse los primeros grandes Imperios industriales, y hacía falta mucha mano de obra barata.

Leyendo la Biblia, me encontré en varias ocasiones con “la quijada de un asno” como arma mortal. Es el arma que usa Sansón para matar filisteos, es símbolo del poder sobre los demás. En algunas versiones bíblicas, también es el arma que da el “poder” a Caín sobre Abel, el arma con él que acaba con su vida. Me recuerdo de pequeño pensando sobre este acto, ¿porqué asesinar a un hermano?, ¿qué nos lleva a utilizar “la quijada de un asno”?.

 

Quise echar un vistazo  a la historia, y analizar cuales han sido los motivos que han movilizado y nutrido las conciencias de los seres humanos en su evolución, en sus movimientos sobre este Planeta, en qué principios se basaron sus leyes, sus creencias; cuántas veces que hemos tomado en nuestras manos una “quijada de asno”, para utilizarla contra nuestro hermano.

 

Observé la conducta de los cristianos, que en un principio, cuando no eran poderosos y eran perseguidos, se entregaban a las enseñanzas del Cristo, Fundador del pensamiento cristiano, por ello incluso llegaban a entregar sus vidas. Pero todo cambió en el año 325, que tuvo lugar el Concilio de Nicea I. Constantino I, emperador romano, y las autoridades cristianas,  se reunieron para organizar el crecimiento de esta “Nueva entidad de Poder” que se llamó “Iglesia”. El gobierno dio poder y autoridad a la Iglesia, y casi de inmediato entramos en una época obscura, la Edad Media. La Iglesia destruye, con su poder, toda la cultura y humanidad desarrollada en Grecia, Constantinopla, Alejandría…. Ahora ellos tienen el Poder.

 

 

 

Llegó a Inquisición, … Mataron, torturaron, se enriquecieron, bajo una política de Poder. Recuerdo que cuando crecí y fui consciente de la crueldad de estos hechos, me dirigía a mis padres y educadores, preguntándoles… porqué?, ellos me respondían que la Iglesia está hecha y formada por hombres, y los hombres no son perfectos. Pero, hoy esta respuesta no me es válida, son ellos los que me enseñan que no es cristiano utilizar “la quijada del asno”, algo que ellos utilizaron para “adoctrinarme” a que yo no lo hiciera.

 

Generalizando, los gobiernos se forjaron aplastando a otros pueblos, Roma invade medio Mundo, matando y “educando” a los conquistados, sin tener en cuenta, su Libertad, sus costumbres, sus creencias. Invadimos continentes y exterminamos, o por lo menos lo intentamos, a los habitantes originales de esas tierras. En eso se ha basado nuestra cultura, las guerras han sido la inspiración para nuestro desarrollo, técnico, científico, hiriendo profundamente a nuestra Naturaleza Humana.

 

A través de la historia, crecer ha significado “poseer”, poseerlo todo, tierras, ganado, mujeres, esclavos (seres humanos), controlarlos, ser dueños de lo que poseemos. Antes del Medievo, en los grandes imperios, sus dignatarios, la clase privilegiada, podían tener todos los esclavos que pudieran mantener, eran dueños de sus vidas. Posteriormente, los feudales eran dueños de pueblos enteros, de sus actos, de sus vidas, de sus sentimientos, recordemos el “derecho de pernada”. Después conquistamos continentes, nos hicimos dueños de mundos enteros, eliminando a sus habitantes (aún sucede con empresas petroleras en Sudamérica), adueñándonos de todas las tierras posibles y luego, cuando hemos exterminado, nos independizamos como un país nuevo y libre, o sea, somos dueños de lo conquistado, por derecho.

Pero, aunque podamos ser críticos con estos hechos históricos, nos sorprenderemos al ver que cada día cometemos los mismos desatinos humanos. Si utilizamos nuestra honestidad como una sonda, podemos sumergirnos en nuestras actitudes cotidianas, en nuestros hábitos.

 

Quizás ya no poseemos personas a las que podamos tratar directamente como esclavos, ya no tenemos el derecho de pernada tal y como se practicaba en el Medievo (aún existía a principios del siglo XX en Galicia), pero no estamos libres de esta “actitud” de “sumisión al Poder”. Todos queremos una casa mejor, comer mejor y más cantidad de comida, ganar más dinero… eso es lo que llamamos “prosperar”. Mi coche aún funciona, pero… me puedo comprar uno mejor si gano más dinero. Tengo mi armario lleno de ropa, pero…. he visto un modelito que… Todos los días nuestra Mente, nuestro pensamiento, esclavizado por toda una nueva raza de señores feudales (Mercados, Industrias…), sucumbe bajo el pié del Rey Mercado Feudal.

 

Cuando, en mi adolescencia, preguntaba a mi padre…. porqué la gente se dejaba aplastar de esa manera a lo largo de la Historia? mi padre me miraba a la cara y me decía….Por ignorancia, por eso tienes que estudiar, para no ser ignorante, “hijo mío, ahora estudia”.

 

He estudiado, y he podido darme cuenta que tu mensaje, padre, no iba dirigido a enfocarme hacia esos libros y escuelas, donde realmente “adoctrinan” a los futuros esclavos…. No, tus palabras….. “Hijo mío, ahora estudia”, tienen un significado mucho más profundo. Me ha hecho falta mirar al Cielo, y a los Hombres que deambulamos bajo Él; sufrir su soledad, sus enfermedades y su desnutrición Humana, para comprender el verdadero significado…… “Hijo mío, ahora es-tu-día”, no lo dejes pasar, úsalo, no dejes que ese tiempo te deje atrás, déjate llevar por ese, tu Día.

Padre, abrí los ojos ante la Luz de tu Mensaje, y miré, y “vi” esta Historia que relato. Vi niños esclavizados para que yo tenga un nuevo ordenador, para caprichosamente cambiar mi vestuario. Vi, mujeres tratadas como ganado, prostituidas, violadas en su Humanidad, y me acordé del derecho de pernada. Vi niños, mujeres…vi gente muriendo de hambre, guerras, no ya para apoderarse de las tierras de un país, no, ya no queremos eso….eso ya lo tenemos, queremos sus conciencias, sus sueños, y que mueran intentando comprarlos; somos dueños de todo lo que queramos.

 

A veces sólo es necesario mirarnos al espejo para mirar a un esclavo cara a cara. Los esclavos pobres están a miles de km de mí, no corro el peligro de encontrarme con ellos. Mi esposa ya no corre el peligro de sufrir una violación la noche de nuestra boda, en cambio hay muchas mujeres que, para mantenerse vivas, son violadas cada día, ellas toman el lugar de mi esposa.

Ahora, en este mi día, observo que ya no esclavizamos a las personas, esclavizamos “Humanidad”, violamos “Humanidad”, cuando un niño muere, muere “Humanidad”, muere mi Humanidad, muere nuestra Humanidad. Es algo que tú lector puedes sentir, obsérvate minuciosamente, eres humano, la “Humanidad” te habita, la misma que es violada y torturada, deja que tu “Humanidad” te hable, y si no la escuchas, entonces….pregúntate… ¿quién lleva en su mano “la quijada de asno”?

 

Aún seguimos aferrándonos a la “quijada de asno”, qué más da que esta sea de hueso, de un mejor coche, de sobre alimentación, de capricho caro… realmente la “quijada de asno” ha cambiado de forma, lo que no ha cambiado es la mano que la utiliza. Incluso cuando hablamos, si no hablamos con el corazón, podemos mover nuestra boca como una auténtica “quijada de asno”.

 

Cuando pedimos a cualquier persona culta, que nos diga el nombre del mayor Imperio que ha existido sobre este Planeta, seguro que su respuesta será “Roma”. Y si le preguntamos por la emoción que, por excelencia, distingue al ser humano, seguro que responderá “Amor”.  El hecho de que la primera respuesta sea la misma que la segunda, pero del revés, puede ser un “mensaje de La Historia” a nuestras conciencias. Quizás en vez de conquistar el Mundo, como nos enseña Roma, tengamos que conquistar el corazón, como me enseña el Amor.

 

La “quijada de asno” es la causa de la enfermedad de la “Humanidad”, y si analizamos persona por persona, comprenderemos que también lo es de las enfermedades de los hombres, enfermedades nacidas de los excesos, y de los defectos que estos causan. Nacidas de esa actitud que llevó a Caín a tomar un arma, ya da igual cual fuera, para apoderarse de la “Humanidad” de su hermano.

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